Pensaba que antes o después me acabaría acostumbrando a las despedidas, pero pasan los días, meses y años y despedirme de ti, me es tan difícil como el primer día.
Más de 365 días a tu lado y nuestras vidas se siguen basando en despedidas, estaciones de tren, viajes de ida y viajes de vuelta hasta próximo aviso.
Y es que, cuando te tengo en frente y me dices cuatro palabras: "me tengo que ir", mi corazón se encoge y en mi garganta se forma un nudo que no me deja articular palabra, pero por dentro grito, "no te vayas por favor".
Pero no dejemos que esto pueda con nosotros y que con cada despedida nos hagamos más fuertes, porque lo que vale dura, y lo que no se pierde.
Por eso hagamos que 8 se cumpla hasta el final.
lunes, 20 de enero de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Archivo del blog
-
►
2012
(38)
- ► septiembre (3)