Días en los que el mundo parece no estar de tu lado. Que el destino cambia y te pone las cosas más negras que nunca. Que si quiero quedarme, me alejas. Si me buscas, no te encuentro.
No necesito tiempo, no necesito calor, ni mar, ni un verano lejos de aquí. Todo lo tengo ahora porque no existe el tiempo si compartimos la misma almohada, pero decides programarlo. Intentar llegar al final de tres meses y que nos cobremos todos los besos que nos debemos, todas las deudas que guarda mi cabeza con tu hombro. Porque acercando las distancias estamos más lejos que nunca.
Mientras anochece mi mes de mayo, se acaban las flores, el olor a azahar y con él acabas tú. Un punto y seguido que quiero volver a encontrar dentro de poco cuando tu olor vuelva a invadir mi pelo.
Empieza a amanecer junio y aún no sé como decirte, sin que suene difícil, que no te vayas. Que aún me sobra tiempo para vivir la guerra contigo.