martes, 2 de abril de 2013

Donde nadie me roba el abril.

Sigue buscando tu sonrisa en algún lugar.
Sigue dándole un vuelco el corazón cada vez que te ve.
Siguen pasando los días y lo único que quiere es volver a escucharlo.

Volver a tropezar seis meses después con los mismos ojos pero no caer en la tentación de sus labios. Que no entiendes que todo es distinto. Cambió la ciudad y cambió su vida. Ahora no te busca, no busca volver a enamorarse. No quiere tu calor de verano, ni tus abrazos de primavera. Necesitaba cambiar de aires y volver a tropezar aunque no con la misma piedra.
Pero no mentiré y diré que esta es la última vez que me equivoco, que es la última vez que te echo de menos. Que si tus labios me llaman, moriré de ganas de decir que sí. 


Échate a un lado y déjame seguir. 
Borraría cada segundo de aquellos meses para no volver a recordarlos cada vez que intento mirarte. Miradas que se alejan cada vez más, ojos que ya ni se ven. Odio, rencor, orgullo... todo queda alguna vez en eso. Prometiste mil noches en vela que se quedaron únicamente en un par, ahí en algún oscuro rincón.
No necesito más besos para aprender a olvidar, ni siquiera el alcohol sería capaz de borrar todas las ostias que llevo en mi camino. Son caprichos que me cuestan más de un domingo, caprichos que no olvidaría al doblar la esquina, que todavía pienso que después de todo el amor sería algo nuevo para mí. Y prefiero dejarlo sin estrenar. 

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