¿Causalidad?

Nunca he creído en eso que llaman casualidad. 

Todo ocurre por algo. Todo tiene un fin, un propósito. 

Una sonrisa, una lágrima. Productos de causas que marcan vidas, que dejan huella.

Pero tú no eres casualidad. Eres causalidad, mi causa, la nuestra.

Que aun no sé si creo en el destino pero sí sé, que he llegado a este punto por ti. 

Que estoy aquí. En esta ciudad, tan lejos después de tantos meses de espera. De un verano angustioso sin futuro, preguntándome que sería de mi. Sin él, sin ellas. 

No llegaste ni tarde, ni pronto. Simplemente apareciste algún día ¿Casualmente? No, no lo creo. Simplemente apareciste. Cosas del destino.

Mi destino. El tuyo. Que me separaré de ti pero algún día la vida nos volverá a juntar.

Sin embargo, casualidad o no, todos nuestros actos, promesas, decisiones nos han traído hasta aquí. Hacia esto.

Y cuánto más miro sus ojos más lejos lo veo. Más lentos y más difíciles se me hacen los días.

No es época de enamorarse, es época de vivir. De pensar en ti de madrugada y olvidarte al despertar. 

No es amor, es calor.

 Es lo que más necesito por las noches. Su espalda, su olor, su boca. 

Bésame los domingos pero olvídame los lunes. Enamórame cuando vuelva y ódiame cuando me vaya. 

Ley de vida. Ley de nuestro "amor". 

Cuatro.

Dos años sí, dos años con momentos buenos, momentos malos, discusiones como casados, risas como niños, sí, dos años también en los que varios chicos han pasado por mi vida, pero ninguno como tú, ninguno ha dejado la huella que tú dejaste en mí la primera vez que nos besamos. 

De eso hace ya mucho tiempo, pero que aún recuerdo como si fuera ayer, pero no solo eso, si no cada momento contigo, pero aunque esa vez esté algo borrosa en mi cabeza, la última no tanto. En mi cabeza solo estas tú, tus besos que me dejan sin aliento, tu olor que dejas en mi ropa o en mi sofá que me corta la respiración, o tu forma de quererme que es sobrenatural.

Volvió a ocurrir, un tal día cuatro, mi número favorito, tal vez es casualidad, tal vez no, pero esta vez es diferente, esta vez saldrá bien, esta vez te lo prometo.

Lee ésto con atención y tenlo siempre presente: dos palabras y ocho letras: Te quiero.

Vuelta.

Volvemos a hacer maletas.
Vuelvo a echar la vista a atrás con ellas y a despedirme hasta dentro de demasiados días.
Que cuanto más lejos estoy, más los echo de menos.
Que cuanto más me acerco a ti, más me alejo de mi vida.
Más fácil que la primera vez que me fui, pero más difícil que la última.
Dos semanas por aquí que me han hecho recordar todo lo que significa la palabra hogar.
Dos semanas en las que ha merecido la pena derrochar el tiempo al lado de mamá en el sofá, o con la peque viendo alguna película.
Volvemos a la rutina y volvemos a la distancia.
Gracias por hacer esta Navidad la más especial de todas.

Hasta dentro de un mes pueblecito mío.
M...