Dulce sonrisa, cara serena. Coge su mochila y antes de salir por la puerta se despide de mi. Pequeña como siempre, corre por el pasillo huyendo de la soledad. Nunca le gustó estar sola y ahora le toca estar sin mi.
Jamás me imagine que en unas semanas pudiese llegar a convertirse en alguien tan grande. Cada día escuchando su voz, su alegría, sus risas. Cada día junto a ella. Mi pequeña que ahora esta ella sola en este mundo tan difícil. Puede que me pierda su adolescencia, sus peleas en clase, su primer amor... Pero sabe que siempre estaré ahí. A su lado, que no fallaré nunca lo prometo. Que te echo de menos las veinticinco horas al día aunque te cueste creerlo.
Nos vemos en nada enana.
~eme...
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