lunes, 31 de diciembre de 2012

dosmildoce

Un 30 de diciembre de madrugada volvemos a aparecer por aquí. Termina el año y con él un millón de momentos, de historias. Meses cargados de emociones, de reencuentros, de despedidas, de distancia. 
Pero lo más importante de este año ha sido aprender a sobrevivir lejos de casa. Lejos de ellos. Lejos de todo lo que tú conocías como hogar. Mes a mes fuimos haciéndonos a la idea de desaparecer, de toda la distancia que habría entre nosotros, pero en enero aún quedaba muy lejos todo eso. Fue en febrero cuando apareció de nuevo una ciudad, unos compañeros de esos que nunca se olvidan. Roma permitió que volviéramos a aquel 1997 en el que muchos de nosotros nos conocimos. Unos llegaron antes, otros después, algunos se quedaron en el camino, pero siempre habrá un recuerdo de todos nosotros. 
Y llegaron los apuntes, los nervios. Que aunque ahora nos parece una tontería a más de uno le costó un par de lágrimas. Pero salimos de esta, y ya éramos preuniversitarios en verano. Un verano con un viaje al mar, con ellas, con noches en las que la luna era nuestra mejor amiga. Un verano de esos que echaremos de menos de aquí a unos años. Pero septiembre siempre vuelve con amargura. Y es aquí cuando todas esas ideas de la distancia se hacen realidad. Tocan las despedidas, las de verdad. Toca coger las maletas y esperar en un andén de la estación. Subir al tren sin saber cuando volverás a verlos, sin saber que va a ser de ti. 
Octubre nos abrió los ojos, nos mostró que hay algo más detrás de todo lo que tenemos. Que puedes conocer a cientos de personas en un día pero siempre acabarás con alguien como tú. Con alguien como ellos. Que hay demasiado mundo y personas sin descubrir. Personas que en un par de semanas son como si los conocieras de toda la vida, personas de esas que merecen la pena.
Termino un nuevo año con nuevas caras, con nuevos lugares y con nuevos planes. Me esperan unos meses cargados de ilusiones, de amor. Vuelve mi vieja sonrisa llena de felicidad, de ganas de disfrutar, de descubrir. Empieza un nuevo año y vuelvo a aparecer como siempre he querido.
~M...

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Love me do.

Que puedo ser agobiante, celosa, egoísta, risueña, alegre.
Puede que ame los dibujos, el chocolate, la noche. 
Los hombres, altos, bajos, morenos, rubios, siempre con barba de tres días. 
El olor a café, el de blanco, el de su espalda.
La playa, la arena, el mar, el sol.
Los paseos de la mano, las ciudades grandes, las pequeñas, la multitud.
La Navidad, el calor, las luces.
Los besos largos, cortos, intensos, con amor. 
Pero mi debilidad sigues siendo tú.
Provócame.
Muérdeme.
Quiéreme.
Róbame un beso.
En la distancia.
Aquí, ahora. Que seguimos siendo tú y yo con las mismas ganas de siempre. 

Deja atrás el 2012 pero no a mí. Y como París ya me enamoro en diciembre. Ahora te toca a ti. 

lunes, 17 de diciembre de 2012

Mi pequeño yo.

Dulce sonrisa, cara serena. Coge su mochila y antes de salir por la puerta se despide de mi. Pequeña como siempre, corre por el pasillo huyendo de la soledad. Nunca le gustó estar sola y ahora le toca estar sin mi.
Jamás me imagine que en unas semanas pudiese llegar a convertirse en alguien tan grande. Cada día escuchando su voz, su alegría, sus risas. Cada día junto a ella. Mi pequeña que ahora esta ella sola en este mundo tan difícil. Puede que me pierda su adolescencia, sus peleas en clase, su primer amor... Pero sabe que siempre estaré ahí. A su lado, que no fallaré nunca lo prometo. Que te echo de menos las veinticinco horas al día aunque te cueste creerlo. 
Nos vemos en nada enana. 


~eme...

sábado, 8 de diciembre de 2012

Si tu te alejas, yo me acerco.

Cuando dos personas vuelven a encontrarse. 
Cuando decides que es mejor huir de mi.
Cuando empiezas a tener miedo.
Cuando te recuerdo.
Cuanto te miro.
Cuando te sonrío.

Vuelves a aparecer tras la barra del bar. Vuelven las noches donde las miradas es lo único que nos dirigimos. Que hay días que se está mejor lejos de ti. Días tan oscuros que no me encuentro ni a mi misma. Sábados con sabor a domingo. Diciembres que parecen enero. 
Aquellos ojos que me dejaron en octubre y no he vuelto a ver.

~M..

sábado, 1 de diciembre de 2012

Leiva.


Aún recuerdo la primera vez que escuche princesas. Era domingo, volvía de viaje con papá al volante. Sonaron los primeros segundos de la canción y ya puse toda mi atención en aquella vieja radio. Desde entonces siempre que me montaba en el coche pedía que pusieran "mi" canción una y otra vez. Más tarde llegó todo, más lenta, con más sentimiento, más amor. Ese amor que hizo que me enamorara nada más oírla. Y ahí fue cuando llegó a mis manos el disco al completo: Madrid, que alegría más tonta, niña de papá...Todas y cada una tienen un momento en mi vida, un segundo, una noche, una persona. 
Aparecieron nuevas canciones, nuevos discos, mi primer concierto. Y llegó el fin. Se separan los caminos de los dos chicos que me habían enamorado con una canción, con unos acordes de guitarra. Nuevos discos, nuevas canciones por separado. 
Pensé que después de que se separaran mis dos grupos favoritos no volvería a escuchar una canción que me llegara dentro, una canción que me quitara el sueño. Pero eme de Leiva lo consiguió. Apareció en enero y sigue sonando cada día en mi cabeza.
Me hice falsas ilusiones con un concierto que nunca llegó, pero que hoy lo tengo más cerca que nunca. Empiezo diciembre de la mejor forma que he podido imaginar nunca. El último mes de un año increíble con un concierto en una ciudad que me ha atrapado. Ojalá y pueda acabar diciembre como lo voy a empezar esta noche

~M...