Juré que no volvería a permitir que cupido me envolviera en su juego, ya que hoy estás conmigo y mañana con tu dueña. No me duele verte con ella, si no que haya vuelto a fallar de nuevo, y es que mi suerte anda por los suelos.
Tengo miedo de equivocarme una y otra vez y nunca acertar, pero pienso que en un futuro muy lejano en el que tú no estarás me llegará algo bueno, aparecerá alguien en quien creer y en quien confiar, alguien en quien apoyarme y tener a mi lado; de momento tengo a la gente que siempre me ha querido de verdad.
Tú te has marchado sin hacer ruido alguno, ni siquiera yo me dí cuenta, tú no volverás a oler a mí ni yo a tí. Fue algo especial, me dabas caricias que me hacían temblar y tus manos descendían por mi cuerpo, pero eso ya es pasado.
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