domingo, 8 de enero de 2012

Carta del 2011

Aunque ya no esté aquí y todo haya acabado, empieza algo nuevo, algo mágico. Me he ido, me he esfumado en apenas doce toques de campana, durante estos has podido ver todo tu año por delante. Al principio no te gustaba, era un año difícil de superar, pero llegó marzo y tu vida dio un vuelco. Ya no llorabas, reías y seguías igual que te dejo el 2009. Te propusiste cambiar, no preocuparte por nada e intentar disfrutar de cada minuto del año. Y ahora te das cuenta de lo feliz e importante que he sido en tu vida. Y vuelves a junio dónde todo empezó una tarde de primavera con doce litros de alcohol y tan solo cuatro cuerpos para soportarlos. Suena en ese mismo momento la melodía de tu 2011, Imposibilidad del fenómeno, y a partir de ese instante todo fue cada vez a mejor. Así llegas a julio y sus edificios, parques y millones de kilómetros de distancia. Nueva York es lo más bonito que ha pasado por tu cabeza en toda tu vida. Cada momento, cada instante allí te hacía más y más feliz. Y aunque en agosto quedaban ya demasiado lejos todos los altos edificios, siempre estaban ellos para alegrarte el día. Pero agosto lo volvió a traer, y con él la distancia, las ganas de volver, de echar de menos...Octubre, noviembre y diciembre se han hecho pesados y a veces demasiado largos para soportar tanta espera.
Hoy te escribo para decirte que no te rindas, que seas fuerte y afrontes el 2012 igual que me has soportado a mi. Vienen tiempos mejores y lo sabes, que tus ganas le ganen el pulso a la distancia.
 Te lo cuenta M.

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